Infame del mes: Diego Ridolfi

Infame del mes: Diego Ridolfi

La música es uno de los ejes que nos mueve eso, es por eso que Diego Ridolfi, líderl del proyecto Fármacos es nuestro infame del mes.

 

Entre vinilos y fanzines, conversamos con él acerca de sus motivaciones, inspiración, y cómo se abre paso con pasión y constancia en medio de una industria dura y cambiante como lo es la música.

Diego cuéntanos un poco ¿Cuando comenzó tu pasión por la música? 

En mi casa siempre se escuchó mucha música.

Había una variedad cultural argentino-chilena importante, aunque ningún integrante de mi familia estaba conectado con la música directamente. De hecho se dedicaban a preparar autos de carrera. Nada que ver (Risas).

Empecé a enganchar con la música a los 13, 14 con una guitarra acústica que era de mi abuela y por un primo que me mostró toda la oleada britpop; empecé con clases de batería hasta como los 15-16.  Ahí caché que quería hacer canciones y volví a la guitarra y un poco de teclado, pero la verdad fue pura corazonada y pasión, porque nunca fui un niño prodigo de la música.

¿Cómo fue tu paso por la universidad? No es una carrera tradicional dentro de todo.

Ahí me puse mateo. Amaba ir a clases ya  equestaba haciendo lo que en verdad me gustaba., porque en el colegio era bastante porro. Además fue super enriquecedor por la sinergia que se generaba gracias al mix de gente y diferentes perfiles con los cuales te topabas. A diferencia de otras escuelas de música más estructuradas, la UNIACC tenía ese plus.

También me ayudó para tener mas confianza. Como estaba en un habitad que me sentía seguro y vibraba más, me ayudó para reforzar ese lado.

¿Y aún sientes cosquillas al salir al escenario?

Los escenarios hasta el día de hoy tienen algo que me dan mucho pánico. Es un lugar de mucha exposición. Es una responsabilidad cumplir con lo que espera la gente de tí. Esa es mi pega.

Y te pesa tener esa especie de “responsabilidad”?

Es que mi pega es como cualquier otra. No es diferente a ser abogado o cocinar. Igual no puedes decir cualquier cosa arriba de un escenario, para nada es pautearse o empaquetarse, pero cualquier pitch que te mandai la gente va ha tener un juicio respecto a eso, bueno o malo.

¿Cómo abordas los procesos creativos? 

Creo que es la parte que más amo de la música, pero a la vez son sumamente complejos porque trata de una evolución, es hacer algo que te sorprenda cada vez que terminas el proceso y eso es un vértigo que vives hasta que terminas el disco.

Al final la única competencia que existe en la música es con uno mismo. Es en ese vértigo en el que estoy ahora, en proceso de hacer el tercer disco de Fármacos. Espero que la composición se cierre este año, para que salga el disco el primer semestre del próximo año.

En general hay canciones que vienen casi como un regalo, que se te ocurren en 10 min y hay otras que estás meses. También influye mucho el equipo con el cual trabajas este proceso. Ahora por ejemplo estoy con Cristian Heyne y ha sido una guía super importante e interesante.

¿Cuales son tus referentes musicales? 

Uno de mis referentes de hecho lo tengo tatuado (Risas). Thom Yorke es el sinónimo para mí de evolución personal y creativa como pocos artistas. Empezó haciendo grunge y sigue estando vigente y probando nuevos estilos. Ese en la música en inglés, y en español es Gustavo Cerati. Ambos van derribando prejuicios de su misma música, avanzando y salen de su zona de confort.

¿Cómo ves la escena en chile con la invasión del Trap? 

Siempre voy a estar a favor de que existan todos los géneros posibles, te gusten o no te gusten.

Hoy en día pasan 2 cosas: la escena musical de la que yo provengo está super desarmada por así decirlo; actualmente son islas. Cuando yo empecé tipo 2005 si había un grupo importante de gente que se identifica con esta “escena”, pero poco a poco fueron desapareciendo  o tomaron caminos distintos. Igual no me gusta encasillarme dentro de un estilo, me gustaría hacer colaboraciones con artistas de distintas corrientes. No sé un Bronko Yotte por ejemplo.

Y respecto al trap, en Chile se transformó en algo social o de espectáculo. Se hacen festivales pero no sé si la gente ama la música o el personaje. Igual que pase eso está bien, el único problema con eso es que los espacios para los demás que hacemos música se reducen, desde medios, marcas a entrevistas, radios, etc. Igual siempre ha sido un trabajo muy paso a paso de construcción el tener esos espacios. Antes no me era tan distinto, pasa que ahora lo que esta marcando la pauta es el trap.


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